Junio 2019: Catedral de la Encarnación (I.- la fachada), Granada

Tras finalizar la Reconquista la catedral se pone en la mezquita de la Alhambra, hoy iglesia de Santa María de la Alhambra. Después tuvo su sede en el  Realejo, donde hoy está el cuartel militar. La reina Isabel en 1502 le expropia a los mudéjares el terreno de la mezquita mayor, actual enclave de la catedral.

Además de la sacristía, la Capilla Real y la iglesia del Sagrario, la catedral tiene tres zonas claramente diferenciadas: la cabecera tardogótica y renacentista, las cinco naves renacentistas y la fachada barroca. Cada una de estas partes las iremos viendo en años sucesivos. Esta mezcla de estilos nos da una idea de lo mucho que se tardó en hacer esta magnífica catedral en la que participaron grandes arquitectos y cuyas obras fueron escuela de otros muchos.

La primera piedra se puso el 25 de marzo de 1523, día de la Encarnación, a quien está dedicada. Enrique Egas fue el primer arquitecto que se encargó de la traza original, inspirada en la catedral de Toledo, en estilo gótico. A este le sucedió Diego de Siloé, que aprovechó los cimientos y lo que ya se había hecho en estilo gótico, pero creo un trazado totalmente renacentista. Siloé también realizó la torre, aunque tras un terremoto posterior quedó dañada y se le tuvo que quitar un cuerpo, pasando de un diseño original de 81 metros al actual de 57 metros; además la segunda torre nunca se llegó a hacer. El diseño de Siloé para la fachada se comenzó pero no se terminó, labor que hizo Alonso Cano, dando por finalizada la obra, aunque después se le harían ciertos añadidos.

Alonso Cano se encontró con tres problemas para realizar la fachada: 1.- los pedestales de unos 2 metros de altura que había dejado Siloé, que tenía que aprovechar; 2.- no había dinero; y 3.- no existía la plaza de las Pasiegas, sino que ahí había un colegio, por lo que era muy difícil poder admirarla.

Siloé había dejado como diseño la portada del Perdón multiplicada por 3, pero ya habían pasado 130 años y el Renacimiento era un estilo desfasado, además con tanto trabajo por hacer necesitaba mucho dinero. Hace de la necesidad virtud y reviste los contrafuertes con unas pilastras cajeadas y arriba los une con un arco, lo que permite crear una especie de espacio abierto para guarecer la portada, que es un simple vano adornado en su intradós y trasdós. Para que este arco no parezca demasiado alto introduce una cornisa, que está a la misma altura que los capiteles interiores, llevando la estructura interior al exterior.

La iconografía la lleva al exterior. Tenemos un ventanal, de gran belleza que parece la roseta de una custodia, y sobre este un jarrón de azucenas, signo de la Encarnación. El cerramiento por arriba en escalón es posterior, un invento de Melchor Aguirre, que convence al cabildo para unificar las alturas. Alonso Cano también realiza el torreón del estribo que sirve para sostener las cargas del lado derecho, para ello toma una de las esquinas del cuerpo bajo de la torre y la usa como modelo.

Por problemas de dinero no se llegó a terminar tal y como Cano la pensó: terminada en tres grandes arcos y con seis grandes esculturas parte de un apostolado. De haber sido así, no cabe duda que el impacto sería aún mayor si cabe.

Si se quiere aprender más sobre la Catedral de Granada, su  historia, su arte, horarios de visita, tarifas y otros datos importantes a la hora de hacer turismo, se recomienda visitar su página web (http://catedraldegranada.com/). Destaca la sección de arte sacro, que incluye una excelente galería de imágenes y explicaciones de los artistas y obras de arte que forman parte del patrimonio de la Catedral.