Marzo 2018: Molinos de viento de Campo de Criptana, Ciudad Real

La famosa escena de El Quijote, con la que comienza este artículo, narra el momento en el que los protagonistas llegan a un campo de molinos y don Quijote los confunde con gigantes. Aunque su escudero Sancho Panza, voz de la razón en el libro, le advierte de que allí no hay ningún gigante, don Quijote comienza a luchar contra ellos y termina malherido.

Aunque desconocemos la ubicación exacta en la que sucede esta historia, la mayoría de estudiosos de El Quijote piensan que pudo ser en los Molinos de Campo de Criptana (Ciudad Real) y en los de Consuegra (Toledo). Ambas zonas forman parte de los Bienes de Interés Cultural (BIC) españoles, la máxima protección que se le puede dar al patrimonio histórico español.

El Quijote ha influido en muchas obras desde que su publicación a principios del siglo XVII; por ejemplo series de animación, películas, canciones, libros y un largo etcétera. Sin embargo este capítulo ha trascendido a la cultura popular y hoy podemos encontrar la expresión “luchar contra molinos de viento”, que se utiliza cuando alguien se enfrenta a algo que no es real. Una expresión similar existe también en el inglés y el alemán, mostrando el carácter universal de la obra de Cervantes.

Aunque no hay duda de que la posible aparición en El Quijote, el libro más importante de la literatura española, fue importante para que se incluyeran en los BIC, este no es el único motivo; también fueron incluidos en los BIC debido a que son testigos del pasado agrícola-industrial de la zona, y también por su valor cultural intangible asociado a los dos periodos de molienda anuales.

De los diez molinos que forman el grupo de Campo de Criptana, hay tres del siglo XVI, aunque a mediados del siglo XVIII llego a haber más de treinta. Estos molinos se utilizaron hasta los años 50 del siglo XX para moler trigo y producir harina, pero también para moler otros tipos de cereales con cuya harina se hacía alimento para el ganado. Hoy sigue en uso uno de ellos, pero su labor de molienda es más cultural y turística que industrial.

Todos los molinos tienen su propio nombre que les viene desde hace varios siglos. Los tres que aún conservan la maquinaria original de molienda son: Burleta (este aún sigue en uso), Sardinero e Infanto. Los siete restantes son utilizados como museos u Oficina de Turismo. Estos son: Cariari, Culebro, Inca Garcilaso, Lagarto, Pilón, Poyatos y Quimera.

La reconstrucción de los molinos no es solo un intento de España y Castilla la Mancha por mantener su historia viva. También es símbolo de hermanamiento y colaboración internacional, ya que tres de ellos fueron restaurados con la ayuda de Perú, Costa Rica y República de Chile.

Los contenidos son muy variados, por eso casi todo el mundo puede encontrar alguno que sea especialmente interesante para sí mismo, según sus gustos. Los museos son los siguientes:

• Cariari: fue restaurado con la ayuda de Costa Rica. Contiene el Museo del Cine, dedicado al escenógrafo criptanense Enrique Alarcón.
• Culebro: está dedicado a la famosa actriz y cantante Sara Montiel, hija de Campo de Criptana.
• Inca Garcilaso: fue restaurado con la ayuda de Perú. En su interior está el Museo de Labranza.
• Lagarto: contiene el Museo de la poesía.
• Pilón: en él está el Museo del Vino.
• Poyatos: en su interior está la Oficina de Turismo municipal.
• Quimera: fue reconstruido con la ayuda de la República de Chile. Está dedicado al poeta chileno Vicente Huidobro.

Si se quiere aprender más sobre los Molinos de viento de Campo de Criptana, se recomienda visitar su página web (http://www.tierradegigantes.es/), donde se puede leer y aprender más sobre su historia y las actividades que en ellos se realizan, siendo especialmente interesante la molienda. Si estás interesado conocer más sobre los molinos de viento y sobre la Ruta de don Quijote y otras zonas interesantes, se recomienda visitar la web de Turismo de Castilla la Mancha (http://www.turismocastillalamancha.es/).