Abril 2018: Torre del Oro, Sevilla

Conocer la historia de la Torre del Oro nos ayuda a conocer la historia de España: esplendor, leyendas, ruinas y recuperación. Todas estas etapas las vamos a ir viendo a continuación.

El primer cuerpo se hizo fue en la época almohade. Está formado por un polígono regular de doce caras, construido entre marzo de 1220 y febrero de 1221. Se trataba de una torre albarrana (una torre que no formaba parte de la muralla aunque estaba unida a ella), y tenía la importantísima función de defender el puerto de la ciudad. Hay quienes creen que la torre tenía una “hermana” al otro lado del río Guadalquivir y que mediante una cadena entre ambas se podía impedir que los barcos pasaran. Sin embargo, esta leyenda es completamente falsa, ya que no existió dicha torre. Sí hubo una cadena con barcas atadas que se usaba de puente para unir las dos orillas del río.

Pocos años después de terminarse la construcción de la torre, en 1248, Fernando III de Castilla reconquistó la ciudad. En esta época la torre se usó como prisión y como capilla. A mediados del siglo XIV, durante el reinado de Pedro I “el Cruel” o “el Justo”, según sus partidarios o detractores, se construyó el segundo cuerpo de la torre. Este también es un polígono regular de doce lados.

Se sabe que en el siglo XVI la torre estaba en un estado ruinoso. También hay noticias de que fue afectada gravemente por el terremoto de Lisboa de 1755, motivo por el que se planteó derruir y hacer más amplio el paseo y el camino de los carros. Por suerte, la ciudad protestó contra esta iniciativa y en 1760 se restauró y reforzó. En ese momento también se añadió el último cuerpo, que se trata de un cilindro coronado por una cúpula.

Una vez más, en el transcurso de la Revolución de 1868 o “la Gloriosa”, el pueblo sevillano impidió que la Torre se vendiera y demoliera. Desde entonces hasta hoy, la torre ha sido bien cuidada y ha tenido varias rehabilitaciones y reformas, especialmente para poder ser usada como vivienda, oficina y más recientemente como museo. A principios del siglo XX fue declarada Monumento Nacional, actualmente Bien de Interés Cultural (BIC), la máxima figura de protección en España.

La historia marítima de Sevilla explica la riqueza de la ciudad. Pese a no ser una ciudad con mar, se puede navegar hasta ella por el río Guadalquivir. A Sevilla llegaban los barcos procedentes de América cargados de riquezas, y en ella encontramos el Archivo General de Indias, donde se guarda toda la documentación referente a la administración de los territorios de ultramar.

Pese a este importante pasado, la ciudad no tenía un museo marítimo, por ello el 25 de marzo de 1936 se crea oficialmente el “Museo de la Torre del Oro, […] filial del Museo Naval de Madrid, es propiedad del estado, depende del Ministerio de Marina”, tal y como recoge el Boletín Oficial del Estado de ese día (puedes verlo aquí). Debido a la Guerra Civil las obras se detendrán y no se reanudarán hasta 1942. El museo abrió sus puertas en 1944.

El museo tiene dos pequeñas plantas visitables en las que encontramos una gran cantidad de elementos marinos: desde restos fósiles y armas hasta instrumentación más avanzada como trajes de buceo antiguos o una máquina de telégrafo. También es posible acceder al mirador situado en el último cuerpo de la torre, pudiendo disfrutar de unas bellas vistas del río Guadalquivir.

Si se quiere aprender más sobre la Torre del Oro de Sevilla y sobre el Museo Marítimo, se recomienda visitar su página web (http://www.torredelorosevilla.com/) y la web del Museo  (http://fundacionmuseonaval.com/museo-maritimo-torre-del-oro-en-sevilla.html) donde se puede leer y aprender más sobre su historia, colección, horarios y precio de la visita, además de las últimas noticias y hechos destacables relacionados con el edificio.